Casi 120 000 dólares en menos de seis horas ganó una pareja en Atlanta vendiendo NFT de unos dibujos animados de patos. Sí, de patos. Una semana antes, un coleccionista compró un NFT por 2 000 dólares y menos de media hora después lo revendió por más de 180 000. Meses antes, un programador australiano se “robó” todos los NFT del mundo y los subió a un torrent para descargar gratis.
NFT ya no es una palabra desconocida en el mundo, aunque aún hay quien te dice “¿NFQueeé?”, de hecho, también nosotros lo decíamos al inicio. Seguramente algunos de nuestros lectores están entre ellos. Pero si creíamos que podíamos seguir obviando la sigla de tres letras, al finalizar el 2021 el Diccionario Collins determinó que “NFT” era la palabra del año, debido “al enorme número de búsquedas y contenidos creados en torno a su significado, creación y aplicabilidad”.
Entonces, palabra del año, mucho dinero corriendo, arte derrochándose y una gran comunidad detrás, ¿qué son los NFT? ¿Y los cubanos están metidos en esto?
¿Qué es un NFT?
Sencillo, dejando fuera la moda, es, esencialmente, un certificado de autenticidad de algo que existe en el mundo digital, no material. Pero ahora viene lo bueno. Sus siglas se traducen en “token no fungible” y un token no es más que un activo digital que se integra a una blockchain. Sin tanto tecnicismo, “no fungible” implica que no es intercambiable.
Deben saber que tanto los tokens, como las obras de arte, son no fungibles, es decir, no hay forma de reemplazarlos. Tan básico como que el primer tweet de la historia es uno solo, que hay solo una Piedad original de Miguel Ángel. Y así, podríamos poner miles de ejemplos.
Sí, cualquier imagen digital se puede comprar como NFT. Para que tengan una idea, durante el año pasado y en lo que va del 2022, se ha vendido, por ejemplo: el primer tuit de la historia, un famoso meme -“Disaster Girl”-, obras de arte de Grimes, el código fuente original de la web creado por Tim Berners-Lee y una nota periodística del New York Times.
just setting up my twttr
— jack⚡️ (@jack) March 21, 2006
Y siguiendo conectados con Twitter, Jack Dorsey, su fundador, obtuvo tres millones de dólares por vender como NFT ese famoso primer tuit. ¿Les parece poco?
A través de la tecnología blockchain o de cadena de bloques, funcionan los NFT, que puede que recuerdes, porque es la misma tecnología de las criptomonedas, las cuales funcionan mediante una red de ordenadores descentralizada, con bloques o nodos enlazados y asegurados usando criptografía.
El quid de todo esto es el certificado digital de autenticidad, que incluye una serie de metadatos que no se van a poder modificar. Sí, volvemos con lo mismo para que quede claro. En estos metadatos se garantiza su autenticidad, se registra el valor de partida y todas las adquisiciones o transacciones que se hayan hecho, y también a su autor.
Si te propones comprar un contenido digital tokenizado con NFT, en todo momento tendrás constancia del primer valor que tenía, y de por cuánto lo has comprado.
Hacemos un paréntesis aquí. La mayoría de esos tokens o NFT suelen estar basados en los estándares de la red Ethereum y de su cadena de bloques. Precisamente, por utilizar una tecnología popular, es relativamente sencillo operar con ellos para comprarlos y venderlos, utilizando determinados monederos que también trabajan con Ethereum. Pero, alto ahí, hablamos de obras únicas, y eso implica que no haya una compraventa activa como en las monedas digitales.
Si le suenan términos como mint, referido al acto de poner a la venta o subasta; y gas, que se llama al costo o impuesto por mintear, diferente para cada plataforma de NFT, ya no estará tan perdido en el tema.
¿Desde cuándo existe eso?
Al artista Kevin McCoy, con su obra Quantum, se le atribuye el primer referente, aunque no es el ejemplo más destacado, porque ese lo tiene la artista Beeple, cuyo collage digital se subastó el 11 de marzo de 2021 por 69 millones de dólares.
También el famoso Nyan Cat en versión GIF fue transado en 600 000 dólares e incluso vídeos de la NBA sobre las mejores jugadas han alcanzado precios sobre los 100 000 dólares. Por si fuera poco, esta franquicia deportiva cuenta ya con una plataforma para transar sus propios NFT: NBA Top Shot, como también ocurre con la Liga Europea de Fútbol Americano.
Pero vamos atrás, en 2017, un total de 10 000 CryptoPunks, una serie de perfiles pixelados cual personajes de Carmen Sandiego, fueron vendidos en la Blockchain de Ethereum, y fue ahí cuando comenzó el auge de los NFT.
La estrella del pop, Justin Bieber, compró un Bored Ape Yacht Club, (#BAYC), #NFT por 500 ETH.🚀
Son varios los que el cantante ya ha comprado, pero uno ha llamado la atención, por haber sido adquirido por alrededor de USD $ 1,29 millones💥 pic.twitter.com/IpKHWdLqpO— BIT RADIO, LA NUEVA RADIO (@bitradiove) January 31, 2022
No podemos dejar de mencionar aquí a Bored Ape Yacht Club (BAYC), una colección de 10 000 NFT Apes. La talla es que cada uno tiene rasgos y rarezas completamente únicos, lo que significa que los coleccionistas les dan más valor a cada NFT. Y muy importante, al comprar en Ape, también obtienes acceso exclusivo a futuras colecciones y otras ventajas como miembro de BAYC. Un plus en el que algunos expertos creen que radica el aspecto más prometedor de este mundo.
¿Y eso ya llegó a Cuba?
Aunque los NFT vienen andando por el mundo hace como cuatro o cinco años, se puede decir que el boom en Cuba ocurrió en 2021. El fenómeno coincidió con el auge de la aplicación de audio o chat en vivo Clubhouse, similar a Twitter Spaces o los chat de voz de Telegram. Ahí empezaron a reunirse muchos artistas jóvenes cubanos, sobre todo relacionados con las tecnologías, emprendedores, curadores y artistas norteamericanos, contó a Cubadebate el experto en comunicación digital, David Vázquez.
El más grande de ellos es seguramente Cryptocuban Social Club, un coleccionable de 1 492 fotografías de personas reales donde confluyen personalidades de la cultura y la sociedad cubana, creado por el fotógrafo Gabriel Guerra Bianchini y Denise Roque.
Cryptocuban Social Club is a spin in the genre of #NFTcollectibles, created with photography and more than 130 attributes.
1492 @cryptocubans will hit the blockchain in January, to create bridges of culture and humanity.
Are you ready to meet your NFT? pic.twitter.com/1pjByRjgAq— CryptocubansMintingNow.ethᵍᵐ🌞 (@cryptocubans) December 29, 2021
Otro de los precursores es X Alfonso y su Fábrica de Arte Cubano, quienes crearon una comunidad abierta para los artistas cubanos con el objetivo de apoyar y promocionar el arte en los mercados NFT. Incluso existe una plataforma, NFT Cuban Art, creada en abril de 2021 por Gianni DʼAllerta, consultor en temas de la blockchain.
Pero no solo hay cubanos vendiendo y creando, también los hay comprando. Uno de los primeros en tuitear que había adquirido un activo NFT fue el youtuber cubano Erich García, quien se hizo propietario de un videoarte producto de la colaboración entre el artista visual Yan Levy y el músico Ernesto Cisneros.
Sin embargo, para Vázquez, quien vendió el primer tweet de Cuba como NFT, el tema todavía es muy incipiente y está al nivel de estos artistas o un poco los fanáticos de las criptomonedas, en sentido general. “Aunque es un fenómeno muy interesante y relativamente grande, no creo que haya saltado todavía de ese espacio”, considera.
¿Arte o absurdo? ¿Moda?
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🎨 Designer @milton96_art_studio Cafetera
🏷️ Buy Now for 0.08 Eth on @opensea!https://t.co/i9tdVALC2l🇨🇺 Sometimes Cuban Coffee fights back!
🏆 Buyers also get a limited edition Golden Cafetera!#NFTCommunity #CubanNFTcommunity pic.twitter.com/YQIIiAGw5F
— NFTcuba.ART 🇨🇺 (@nftcubaart) January 25, 2022
“No robarías un JPG… ¿o sí”. Esta es la descripción de un archivo de casi 18 TB de NFTs que subió a un torrent Geoffrey Huntley, un programador que vive en una camioneta en Australia. Huntley lo hizo -según contó al Clarín.- para “concientizar” sobre si esta tecnología que está tan de moda, ¿es una herramienta útil o una estafa?
“El problema de todo esto -dijo- es que mucha gente cree que al comprar un NFT está comprando una imagen o un video, y esto no es así. Espero que a través de thenftbay.org la gente aprenda a entender que lo que está comprando cuando adquiere arte NFT ahora mismo no es más que una serie de instrucciones sobre cómo acceder o descargar una imagen. Hay una brecha de conocimiento entre el comprador y el vendedor en este momento que se está utilizando para explotar a la gente”, explicó el programador.
No obstante, su sueño de “educar” y tener “todos los NFT del mundo” parece un poco imposible. Es muy difícil que una persona disponga de 18 TB de espacio en su equipo para leer todo el archivo “robado”.
El asunto polémico aquí es que por más que una imagen esté registrada como un NFT como la “original” -por ejemplo, el primer tweet de la historia o el mismo de David, bastaría con hacerle una captura de pantalla a la imagen o hacerle clic derecho y guardar la imagen para que cualquiera pueda tenerla en su pc, en su móvil o hasta impresa en un papel o un cuadro, si te da por eso.
Claro, he aquí la cuestión: el NFT no es la imagen en sí misma, por lo que, en teoría, sería imposible “robar” el NFT, que tiene un único propietario y está inscripto en el blockchain de Ethereum, un sistema altamente seguro y extremadamente difícil de hackear.
Entonces, ¿a mí de qué me sirve todo esto? “El valor se lo da la sociedad y es maleable. La decisión de ese valor puede variar y efectivamente en un tiempo la gente puede determinar que ya no vale esto, sino que ahora va a empezar a valer tanto”, explica Vázquez.
Para comparar, es lo mismo, pudiéramos decir, que cuando la gente se pregunta qué valor tiene tener en tu cuenta de en redes sociales un checkmark azul, “eso no tiene ningún valor real, eso no es nada, lo que sí tiene detrás es una comunidad que te está diciendo, que te está aceptando, que tú eres de verdad”.
Otro ejemplo, cuando los jugadores de Fornite empiezan a comprarle ropa a sus personajes. “¿Qué valor tiene eso? Es lo mismo”.
“Es una tecnología digital, y sobre todo en las nuevas generaciones la diferencia entre mundo real y el digital se empieza a perder, por eso es que muchos de nosotros, a mí en lo personal no me gusta decir la realidad, porque la realidad también es eso que está ahí. ¿Por qué tú vas a decir que lo que está dentro del Minecraft no es real? ¿Por qué tú me estás diciendo a mí que lo que yo vivo dentro de Facebook y las relaciones que tengo ahí no son reales? Una cosa es la realidad digital y la otra es la realidad física”.
La decisión de Twitter de convertir, para todo el que tenga un NFT, su foto de perfil en otra figura, simulando a un pentágono, es como el gran paso de acción del NFT al mainstream, comenta Vázquez, sumado al debate que ha generado esta acción.
“Sin duda alguna es una moda. Creo fervientemente que es una burbuja que va a explotar. Probablemente el 99% de los NFT en algún momento va a valer cero. Ahora, ojo, también hubo una burbuja del .com y no por eso desaparecieron los sitios web e internet. También hubo un boom de las redes sociales y hoy nadie se acuerda de Myspace, pero tenemos Facebook”, explica convencido.
“Yo creo que puede explotar, pero la tecnología no va a desaparecer, al contrario, va a seguir mejorando. Las lógicas de compra/venta y lo que va a implicar para la comunicación e internet, no van a desaparecer; por el contrario, esto es un fenómeno que llegó para quedarse y cambiar totalmente la manera de relacionarnos con las marcas y la comunicación en sentido general. Llegó para cambiar todo”.
Una de las ventajas más interesantes que podría traer este mundo parte precisamente del hecho de que tú puedes ser el dueño de un token para siempre. Un token que no se degrada en el tiempo, no se rompe, no es un papelito.
Como explica Vázquez, tú podrías mañana, por ejemplo, empezar a vender entradas de un concierto por NFT y luego, quien tenga ese NFT, “va a tener acceso de por vida a un lanzamiento previo de la primera canción de esa banda y etc. Y si lo vendes, vas a tener siempre un porcentaje cada vez que alguien lo venda”.
La verdad es que es un mundo que empieza a construirse y alrededor de este empiezan a verse las posibilidades de todo lo que se pudiera hacer, concluye Vázquez.
De hecho, él y un amigo -el comprador de su tweet vendido como NFT- muchas veces debaten sobre quién es realmente el dueño de ese tweet. “¿Soy yo o es él? Ese es el debate. ¿Yo debería borrar el tweet, porque ya el tweet es de él, y de alguna manera, él es el dueño del token de ese tweet?”.
¿El futuro que nos espera?
Para Vázquez, estamos en un punto en el que muchas de las personas que niegan el NFT, y esta tecnología, usan la misma lógica que se usaba hace 10 o 15 años cuando se decía que Twitter o Facebook no tenían ningún sentido.
“Entonces, estamos viendo una ruptura fuerte, pero estoy convencido de que va a haber un cambio o está habiendo un cambio en la forma de entender internet, las tecnologías digitales, la comunicación y las relaciones entre los seres humanos”.
¿Y en Cuba? “No lo sé, yo creo que estamos todavía a años luz, es decir, estamos todavía muy a nivel de nicho”.
No obstante, considera que “cualquier cosa que está llamando la atención de los jóvenes, sobre todo jóvenes creativos, que quieren hacer cosas, conectarse con las nuevas tendencias y echar pa` lante, tiene que ser de interés de las instituciones, sobre todo de las culturales, teniendo en cuenta que ahora mismo los NFT están más enfocados al mundo del arte y la cultura”.
De no ser así -advierte- corremos el riesgo de que se genere un mercado en torno a las obras de artes y todo lo relacionado con la cultura, y que cuando las instituciones cubanas lleguen y se enteren, ya sea tarde, ya exista una regla del mercado y del sistema.
En resumen, vivimos aún en una lucha entre el mundo analógico y el digital. “Hay que tratar de mirar y de pensar de otra manera esto y no seguirnos comparando y diciendo que un NFT no va a valer lo mismo que la Mona Lisa. Probablemente no va a valer lo mismo que la Mona Lisa, pero este asunto es mucho más complejo de entender”.
Algunos expertos colocan al NFT como la primera prueba o el primer fenómeno real de la web 3.0, esa que se ha hecho famosa desde que Zuckerberg empezó a hablar de Meta. Hay quien ha pagado más de 260 000 euros por el dibujo en PNG de una roca y hay quien lo ha hecho por increíbles obras de arte. ¿Tú que crees de todo esto? ¿Comprarías o venderías? ¿Ves aquí el futuro de la cultura, del mundo?
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